¿CÓMO RECIBIR VERDADERA LIBERACIÓN?

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

Gálatas 2:20

ALGO EN QUE PENSAR

Desde el momento en que Adán pecó, Dios estableció en los cielos un día enviar a su Hijo como Salvador y Redentor del mundo. Todos los profetas de la antigüedad empezaron a hablar sobre cómo sería el Mesías. Las profecías enseñaban que Él tomaría el pecado, la maldición, la rebelión y las llevaría sobre sus hombros, cancelándolos en la Cruz del Calvario.

Damos gracias a Dios por nuestra iglesia en la cual hemos sido instruidos a la luz de la Palabra sobre el poder que tiene tan solo una gota de la Sangre de Jesús. Ésta es como un arma atómica, capaz de destruir toda opresión demoníaca, todo trabajo de las tinieblas y toda cadena de maldición desatando verdadera liberación.

Algunos llegan a la vida cristiana con debilidades y grietas en su carácter, los cuales se mantienen subyugados mientras su vida espiritual o las circunstancias están estables, más cuando se descuidan espiritualmente o son probados, la debilidad se hace evidente y los lleva muchas veces a la destrucción. Tan importante como conquistar, es el erradicar de nuestra vida toda alianza con el pecado y nuestra vieja naturaleza ¿Cómo lo hacemos? Recibiendo la revelación de la Cruz.

  1. EL PODER DE LA CRUZ 

Al recibir la revelación de la Cruz entendemos el poder que mana de ella. Conoce algunos aspectos importantes:

La maldición fue cancelada. Todo lo malo que hay en nosotros quedó en Jesús y en ese madero, todo lo bueno de Jesús pasa a nosotros a través de la fe en Él.

“Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida” Génesis 3:17-18 Los espinos y abrojos representan ruina. Jesús aceptó llevar sobre sus sienes esa terrible opresión que tanto aflige a la humanidad, a través de la corona de espinas.

Jesús fue azotado 39 veces, con este hecho le estaba diciendo al mundo que toda enfermedad y dolencia, sin importar su origen o ramificación, tamaño o duración, era cancelada en Su espalda.

Cuando los clavos fijaron las manos y los pies de Jesús, allí estábamos siendo libres de toda culpabilidad, de todo argumento que el enemigo tenía en nuestra contra y libres de la opresión.

El costado de Jesús se deshizo cuando fue traspasado con la lanza, Su corazón fue herido para que nuestro corazón y nuestras emociones fueran restauradas.

  1. IDENTIFICA LAS ATADURAS

Recibir verdadera liberación es un proceso que toma tiempo. No se logra con una oración general, sino confrontando el pecado viéndolo como Dios lo ve. Cuando anhelas recibir la revelación de la Cruz, comprendes que debes hacer una confesión detallada y específica.

En la medida en que dispongas tu vida en oración, el Espíritu Santo traerá a tu mente recuerdos de tu pasado, marcas negativas, hábitos y actitudes incorrectas de las cuales debes renunciar, hasta que puedas experimentar que la Cruz absorbe cada atadura y la quita de tu vida.

  1. EL DIOS DE AHORA

Cuando nos sumergimos en la presencia de Dios en oración, nuestro espíritu es trasladado al plano eterno. El “Yo Soy”, quien es el Dios de ahora, toma nuestro pasado y futuro, atrayendo todo al presente y, el poder del sacrificio de Jesús ocurrida dos mil años atrás, se vuelve nuestra realidad.

Cuando vivimos en esa revelación, las maldiciones heredadas por nuestros antepasados, opresiones financieras o emocionales y todas las cargas recaen sobre Él y la liberación es posible, pues si participamos de la muerte de Cristo, también gozaremos de Su resurrección y de todo lo conquistado en la Cruz.

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