35 AÑOS MCI
Todo comenzó con un sueño hace 35 años, un sueño que Dios diseñó para cada uno de nosotros. Todo inició cuando en el corazón de un gran hombre de Dios fue sembrado un sueño, el sueño de conquistar toda una nación. Sueño que unido a la fe permitió a nuestro Pastor César Castellanos visualizar lo que hoy es una realidad.
Él pudo ver cómo un ejército se levantaba no solo a conquistar una nación, sino cada rincón del mundo. Como soldado se preparó para la batalla y como atleta corrió compartiendo el evangelio; su sueño de ser padre para muchas naciones comenzó con su familia, cada uno de ellos son el mejor ejemplo para nosotros y el reflejo de quien es Él.
Así como todos los sueños necesitan ser probados en medio de la dificultad, llegó el día malo. Pero aquel momento en el que pensamos que había sido la derrota para un ministerio, se levantó la iglesia en oración y conquista. Hoy podemos ver por medio del Pastor César el milagro de la vida y el poder de Dios.
Por su obediencia, hemos podido conquistar nuestros auditorios y ver familias sirviendo al Señor, creciendo en el propósito y alcanzando sus generaciones para Dios.
Como iglesia solo podemos dar gracias por la vida de nuestro pastor, porque en sus sueños estamos todos, su perseverancia nos levantó a conquistar y su fe nos ha hecho ver lo imposible.
PASTOR CÉSAR
El mes de febrero del año 1983, sentado en la playa en medio de un hermoso panorama, escuché la voz de Dios diciéndome “Sueña con una iglesia muy grande porque los sueños son el lenguaje de mi Espíritu, porque la iglesia que tu pastorearas será tan numerosa, como las estrellas del cielo y como la arena del mar que de multitud no se podrá contar” .
Me encontraba mirando la arena cuando el Señor me hizo la pregunta ¿Qué estás viendo? Yo le respondí – Señor, veo cientos de miles de personas. Él me responde – Eso y más te daré, si estás en mi perfecta voluntad. Fue así como de esa conversación nació el sueño de la Misión Carismática Internacional. Sin duda una conversación que marcaría el destino de toda mi vida.
Han sido 35 años de caminar en la promesa de Dios, de ver generaciones transformadas por el amor de Jesús, de ser influencia para Colombia y las naciones de la tierra. Un sinnúmero de experiencias han forjado nuestra historia pero definitivamente algunos aspectos son los que más nos han impactado como iglesia, el primero de ellos ha sido la visita del profeta Randy MacMillan.
Su profecía no ha sido tomada a la ligera, no se trató solamente de un momento que ya quedó en el pasado, por el contrario a través de cada palabra que recibimos, Dios estaba trazando el camino de lo que sería nuestro ministerio. Cuando escuché al profeta decir que la antesala al gran crecimiento que viviría la iglesia sería un momento de prueba, yo llegué a pensar que esa parte de la profecía no se cumpliría, más el 25 de mayo de 1997 saliendo de nuestra reunión dominical nos encontramos frente a una de las adversidades que jamás hubiéramos imaginado, aquel atentado que no sólo arremetió con la integridad de nuestra familia sino con el liderazgo. Sin embargo, fue a partir de ese momento donde comenzamos a experimentar un desarrollo ministerial sin precedentes no solamente a nivel local sino a nivel global.
Sin duda, cada momento vivido ya estaba escrito en la agenda de Dios. Creo que hablar de lo que Dios ha hecho en la MCI durante estos 35 años es hablar de este gran siervo de Dios, con el cual estamos completamente agradecidos por su sensibilidad a los tiempos del Espíritu Santo.
De la misma manera, damos gracias a Dios por la vida del Dr. David Yonggi Cho, pues a través de su libro La Cuarta Dimensión hemos sido inspirados por el Espíritu Santo y desafiados a volver al original, volver al lenguaje de los sueños y las visiones. A lo largo de estos años sus enseñanzas han sido transmitidas a cada miembro de la iglesia, enseñanzas que han permitido que algunos sueños resuciten y que nos levantemos a conquistar los nuevos desafíos que Dios ha preparado para este nuevo año, pues entendimos desde un principio que si queríamos hacer algo sobrenatural, debíamos conectarnos con aquellos que han conocido a ese Dios sobrenatural.
Han sido 35 años de tener nuestra mirada puesta en la Palabra, 35 años de ser fieles al llamado, 35 años de levantar hogares protegidos por Dios, de formar a los mejores líderes, de impactar en todas las esferas de nuestro país y de traspasar fronteras a través de la Visión.
Apartes profecía Randy MacMillan, 1990:
Y dice el Espíritu del Señor, el Espíritu de gracia:
“Esta iglesia ha encontrado gracia en mis ojos. Tengo un proyecto , tengo una visión grande para esta congregación, dice el Espíritu Santo. Escuchadme y estad firme sobre mi Palabra y voy a bendecirles a ustedes y a toda la iglesia de acuerdo con mi Palabra. Voy a bendecirles económicamente como iglesia, para alcanzar cosas que otras no han alcanzado en esta ciudad, dice el Señor. Yo voy a bendecirles sobrenaturalmente, voy a reprender al devorador sobre tu empleo, tú vas a ver mi mano sobrenaturalmente. Estoy librando toda atadura de tu mente y en tu alma, dice el Señor. Puedes identificar el enemigo en los pensamientos y acusaciones de tu alma, diciéndote que no es posible, que no te alcanza, dice el Señor. Escuchadme y estad firme sobre mi Palabra, voy a bendecirles económicamente como iglesia, para alcanzar cosas que otros no han alcanzado en esta ciudad, dice el Señor; porque como iglesia nunca que se han reunido juntos para hacer o recibir este pacto en mi Palabra y yo busco en este momento y anhelo que ustedes sean los escogidos”
“A tu pastor, el Espíritu dice: Yo tengo muchos proyectos para ti, dice el Señor. Este ministerio está entrando en la primera etapa; no se descansen, no se desanimen por el camino porque todo tiene su tiempo. Y dice el Señor: este lugar, este local es solamente una piedra de donde van a saltar, de esta piedra a otra piedra y de la otra piedra aún a otra piedra. Pasarán un tiempo de fuego, tiempo cuando personas no entienden lo que Estoy haciendo aquí y las cosas que estoy diciendo a mi pastor, y aún puede ser un tiempo de murmuración, como un fuego. Cuiden sus corazones, dice el Señor, deben buscar la unidad con el liderazgo, con mi pastor. Cuando no entiendan, oren; cuando no entiendan la dirección que él está dirigiéndoles, en obediencia a mí caigan de rodillas y oren. Necesito levantar después del tiempo de fuego de prueba, capitanes sobre cincuenta, capitanes sobre doscientos, capitanes sobre quinientos, repartiendo liderazgo sobre el rebaño porque van a crecer y crecer y van a escribir libros sobre este ministerio, dice el Señor”.