PRINCIPIOS PARA CONQUISTAR EL MILAGRO

Por MCI

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”.

Jeremías 29:11 NTV

ALGO EN QUE PENSAR

Esta es la historia de un granjero escocés pobre cuyo nombre era Fleming. Un día, mientras intentaba ganarse la vida para proveer para su familia, oyó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano. Dejó sus herramientas y corrió al lugar. Al entrar hasta la cintura, en el estiércol húmedo y negro, vio a un niño aterrado, gritando y esforzándose por liberarse. El granjero Fleming lo salvó de lo que pudo ser una lenta y espantosa muerte. Al otro día llegó un elegante carruaje a la granja. Un noble vestido con elegancia se presentó como el padre del chico que el granjero había ayudado.

“Quiero recompensarlo porque usted salvó la vida de mi hijo”, dijo el distinguido visitante. “No puedo aceptar un pago por lo que hice”, contestó el granjero. En ese momento, su hijo vino a la puerta de la cabaña. “¿Es su hijo?”. El noble preguntó. “Sí”, dijo con orgullo. “Le propongo hacer un trato. Permítame brindar a su hijo el mismo nivel de educación que el mío disfrutará.

Si se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que ambos estaremos orgullosos”. El granjero Fleming aceptó y su hijo asistió a las mejores escuelas; se graduó en la Escuela de Medicina del St. Mary’s Hospital en Londres y continuó hasta darse a conocer al mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, descubridor de la penicilina. Años después, el hijo del noble contrajo pulmonía. ¿Qué salvó su vida esta vez? La penicilina.

¿El nombre del noble? Sir Randolph Churchill. ¿El nombre del hijo? Sir Winston Churchill. 

Debemos entender el significado de la palabra “milagro”: no es solamente un suceso fuera de lo común, o algo sorprendente, sino que es una acción que no puede explicarse a partir de los principios naturales y que por lo tanto se atribuye a una intervención Divina.

Dios anhela que podamos vivir en la dimensión de lo sobrenatural y que experimentemos el poder y la provisión Suya en todas las áreas; para esto, es necesario comprender los 4 principios indispensables para poder ver milagros y entender ese propósito perfecto de Dios para nuestras vidas.

 

  1. PROMESA

Cuando ellos sufrían, él también sufrió, y él personalmente los rescató. En su amor y su misericordia los redimió; los levantó y los tomó en brazos a lo largo de los años.” Isaías 63:9 (NTV)

El profeta Isaías estaba declarando lo que Jesús haría por la humanidad años después al habitar en esta tierra. Jesús es la promesa del Padre dada al hombre, porque Él vino a ponerse en nuestro lugar, a llevar sobre Su cuerpo el peso de nuestra maldad, para luego rescatarnos, redimirnos, salvarnos y tomarnos en Sus brazos para cuidar de nosotros.

La cruz es ese lugar de intercambio donde Jesús llevó toda nuestra vieja naturaleza, nuestras debilidades, fracasos, maldiciones generacionales, y nos dio una vida en libertad por medio de Su sacrificio y el derramamiento de Su Sangre.

Es importante tener una promesa de parte de Dios, una palabra a la cual aferrarnos para obtener el milagro, porque esa promesa la veremos en el plano natural por medio de la fe.

  1. VISUALIZACIÓN

“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” 1 Corintios 2:9-10

Una de las estrategias principales del enemigo es llevar al ser humano a visualizar y codiciar las cosas incorrectas. Vemos que esto le sucedió a la primera pareja en el huerto del Edén, cuando Dios le dijo claramente a Adán que no comiera del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, mas Eva, siendo tentada por el enemigo, visualizó el árbol y vió que era bueno, y esto hizo que ambos tomaran de ese fruto incorrecto, y ahí fueron abiertos sus ojos (Génesis 3:6).

Debemos aprender a tener una imágen clara de lo que queremos obtener, porque esto hará que nuestra visualización sea la correcta. En el plano espiritual, más específicamente en la bodega celestial, hay toda clase de provisiones para los hijos de Dios: sanidad, prosperidad, restauración, gozo, dones, etc. Por eso, si hay alguna parte afectada en tu cuerpo, debes visualizar que hay un repuesto exactamente como tu lo necesitas en esa bodega; el mismo Dios es quien administra estas provisiones, así que por medio de la visualización, puedes recibir ese milagro que necesitas.

  1. CONFESIÓN

“Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” Romanos 10:10 

La Palabra nos enseña que nuestras confesiones tienen el poder de dar vida y son decretos en el mundo espiritual para desatar los milagros.

No podemos permitir confesiones negativas, que nos hagan menguar en la fe, sino al contrario, debemos declarar las cosas que no son como si fueran.

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