Franklin Baquero

Por MCI

A través de mi hermano mayor, yo puede tener un contacto con la iglesia a muy temprana edad, él me traía a las reuniones pero realmente yo nunca tuve una conciencia del propósito de asistir. Conforme pasó el tiempo y llegó mi juventud, ya le sacaba excusas a las invitaciones de mi hermano y el tema de la iglesia, lo dejé así. Terminé mis estudios en el colegio y empecé mis estudios profesionales; mi vida avanzó según mis ideales y conceptos. En el punto de mi carrera en donde era necesario realizar el tiempo de prácticas, pensé que todo saldría de acuerdo a mi plan: trabajar en una de las universidades más reconocidas de Bogotá. Un día, estando a la espera de esta llamada “importante”, me llamaron de la Iglesia Misión Carismática, en donde me explicaban que debido al enlace que tienen con la entidad donde me encontraba haciendo mis estudios, habían recibido mi información y que se habían puesto en contacto conmigo para aplicar a una entrevista y poder realizar mis prácticas allí. Quedé sorprendido ya que la tan anhelada” entrevista en el otro lugar nunca llegó y ésta cita programada con la Iglesia MCI yo nunca la había buscado.

Decidí asistir a la entrevista en la MCI, todo con el fin de confirmar mi etapa de práctica, pero todo cambió de rumbo. Efectivamente llegué y me di cuenta que habían 4 personas más  aplicando para esta oportunidad, personas que a mi vista eran mucho más preparadas y con más edad. Me sentí diferente, además porque nunca me imaginé que dentro de una iglesia tuvieran tanto nivel en tema de informática, que es algo que tiene que ver con lo que estudio. Literalmente, a la hora de haber asistido a la entrevista, me llamaron para decirme que había quedado seleccionado. ¡Fue una sensación de alegría! Entendí que Dios siempre había estado buscando la manera de presentarse a mi vida y con esto que viví definitivamente pensé que ya era el momento de acercarme a Él, por eso asumí esa oportunidad como si fuera el propósito de Dios para mi vida y dejé a un lado mi manera de hacer las cosas, mi manera de labrar mi destino.
Estar realizando las pasantías en la iglesia, me permitió estar cerca de muchas personas profesionales que eran líderes también. Fue así que escuché de Universidad de la Vida, porque todos mis demás compañeros asistieron una vez y ahora están en Capacitación Destino, entonces le pregunté al Ingeniero que es mi jefe, de qué se trataba eso y conforme él me iba explicando, se iba despertando algo en mí, era más que un interés, era el deseo de tener un encuentro real y personal con Jesús. Ahora, con mayor convicción decidí inscribirme y espero con muchísima expectativa Universidad de la Vida para hombres, mientras tanto estoy asistiendo a célula con mi líder, que es el Ingeniero, y asisto a la reunión de jóvenes los sábados.

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