Haber asistido al encuentro con Jesús, fue como una oportunidad única para cambiar mi pasado. Venía de una vida familiar y personal totalmente en caos: enfermedad, embargos, un esposo en el alcohol, mi hijo menor se encontraba en la drogadicción, mi hija sin propósito y poco tiempo antes de asistir al encuentro, viví la muerte de mi hijo mayor.
Así que, con todo esto encima, decido tomar la decisión de asistir y definitivamente este Encuentro fue el refrigerio para mi alma y la esperanza que tanta necesitaba. Llegar a creer que aún después tantos años podía tener una vida nueva, impulsó mi determinación por entregarme a Dios. Después de asistir a mi encuentro, ¡claro que se me presentaron altibajos! la muerte de mi hijo fue la estocada final, esto hizo que mi familia quedara totalmente vacía y desordenada; mis otros dos hijos tomaron rumbos diferentes y yo quedo totalmente sola. Pero tomo la determinación de refugiarme en el Dios que había conocido, y eso hizo que aún en esos momentos tan difíciles que viví, aprendiera a orar, pasando noches enteras intercediendo y en contacto con la Palabra.
Doy gracias por la oportunidad de haber tenido esa cita con Dios en el Encuentro, definitivamente Él era el único que podía tomar todo mi caos y con Su amor convertirlo en bendición. Actualmente, gozo no solo de un matrimonio totalmente restaurado, sino de ver la vida de mis dos hijos totalmente transformada y con propósito. Gracias a que fueron testigos del Poder de Dios sobre mi vida, ellos también decidieron acercarse a Dios. Hoy en día camino diferente, como una mujer segura, amada y agradecida porque Dios ha unido a mi familia y ahora todo hablamos un mismo lenguaje, el lenguaje del amor y de la fe.
