TU LUZ BRILLA

“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por medio de la imposición de mis manos”.

2 Timoteo 1:6

ALGO EN QUE PENSAR

La luna no tiene luz propia, sino que refleja la luz que recibe del Sol. Dependiendo del contacto que tiene con éste, puede reflejar mayor o menor luz. Nosotros como creyentes sabemos que no brillamos por nosotros mismos, sino que somos el reflejo de la luz de Jesús, por medio de la acción del Espíritu Santo.

Qué sucede en nuestro interior cuando la luz de JesUs resplandece?

  1. SOMOS REFLEJOS DE JESÚS

“El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas”. (Hebreos 1:3 NVI)

Así como el Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, nosotros nos convertimos en el resplandor de la gloria de Jesús. Es por eso que nuestra relación con Jesús no se puede quedar estática, debemos crecer a diario, y desear que su gloria se refleje en nosotros.

Cuando recibimos un toque sobrenatural del Espíritu Santo, nunca más volvemos a ser los mismos, porque queda una marca, un brillo que resplandece en el mundo espiritual y que nos hace diferentes.

  1. SOMOS LUZ EN MEDIO DE LA OSCURIDAD

“Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz” (Génesis 1:3).

La oscuridad simplemente es ausencia de luz, y si en tu vida has sentido que hay áreas que están como en una densa oscuridad, sólo la Palabra de Dios puede hacer el cambio. En Génesis 1:3 vemos como Dios desató la palabra, y todo cambió.

La palabra nos enseña en Salmos 119:105: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino”. La Palabra de Dios es luz, es la única que puede traer dirección y propósito a tu vida.

Tu eres luz cuando te basas en la Palabra de Dios y cuando entiendes que en tus palabras hay poder, y que todo lo que declares en el mundo espiritual, basado en una promesa, se cumplirá en tu vida. Busca una promesa en la Palabra y declárala y verás cómo la luz de Jesús viene a tu vida y alumbra tu camino.

  1. SOMOS LUZ PARA ESTA GENERACIÓN
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa” (Mateo 5: 14-15 NVI).

No sólo es importante la luz de Jesús, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella. Podemos alumbrar nuestro propio camino y también ayudar con nuestra luz a que otros encuentren el suyo.

Cuando anhelamos que la luz de Jesús resplandezca en nosotros, no es solamente para nuestro propio beneficio, sino que debemos ser como antorchas, que podamos iluminar el camino de otros y les podamos guiar al verdadero camino, a Jesús.

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