TENIENDO UNA CLARA VISUALIZACIÓN

“Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz. Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad”.

Mateo 6:22b- 23a NVI

ALGO EN QUE PENSAR

Los científicos han comprobado que lo que una persona logre percibir en su mente, su sistema nervioso lo captará como si ya hubiese ocurrido y lo apreciará como una realidad.

El pastor César Castellanos siempre comparte una historia particular: cuando su hija Sara tenía cinco años de edad, llegaba a algún restaurante y lo primero que hacía era pedir un limón, lo partía en dos, volvía a cortar la otra mitad, se lo llevaba a la boca, y empezaba a morder la pulpa y a absorber el jugo, disfrutando de su sabor. Hay una pregunta que se debe hacer en este punto: ¿qué sensación tuviste mientras leías esta historia? Muy seguramente, la imagen del limón, al ser recibida por el sistema nervioso, produjo hasta una especie de percepción de la acidez de ese cítrico.

Este ejemplo nos permite comprender el poder que reside en una imagen; tan solo al pensar y visualizar un limón, sin siquiera llegar a degustarlo, se produce la sensación de acidez.

Dios es experto en hablar a sus siervos por medio de visiones y sueños, ya que este es el lenguaje del Espíritu Santo. Un ejemplo claro, lo podemos ver en la vida de Job: “Dios nos habla una y otra vez, aunque no lo percibamos.

Algunas veces en sueños, otras veces en visiones nocturnas, cuando caemos en un sopor profundo, o cuando dormitamos en el lecho, él nos habla al oído y nos aterra con sus advertencias” (Job 33: 14-16 NVI).

Dios también lo hizo con Abraham al decirle: “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia” (Génesis 15:5). En el momento que Abraham estaba perdiendo la esperanza de tener un hijo, entró a la presencia de Dios y en oración le expresó al Señor el anhelo de su corazón, que era tener un descendiente que lo heredara, pero que fuera un hijo de sus propias entrañas.

Es ahí cuando el Señor le entrega una de las llaves más poderosas para conquistar el milagro, y es la visualización. Abraham estuvo ejercitándose en esta labor que el Señor le había puesto, hasta que en su corazón creyó al milagro y lo concibió por medio de la fe. “Y creyó (Abraham) a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:6).

Hay milagros o bendiciones que queremos conquistar en este tiempo, pero que sabemos que en nuestras fuerzas o en nuestra humanidad es imposible alcanzar, pero estos son algunos pasos prácticos que debemos tener en cuenta en nuestra vida espiritual para poder alcanzar la promesa de Dios para tu vida:

  1. VISUALIZA TU MILAGRO

Es tiempo de activar nuestros ojos espirituales y conectarnos con la promesa. Es necesario siempre tener clara la Palabra que Dios ha dado para cada área de tu vida, y creer que recibirás lo que Dios ha prometido.

Esto implica muchas veces cerrar nuestros ojos físicos a lo que las circunstancias nos muestra, y permitir que las imágenes de fe, vida, prosperidad y multiplicación sean las que llenen nuestra mente.

  1. TEN IMÁGENES MUY CLARAS

Abraham, al salir y ver las estrellas como Dios le estaba ordenando que hiciera, pudo ver reflejada su descendencia en cada una de esas estrellas en en cielo, y por causa de su fe, alcanzó el hijo de la promesa.

Muy seguramente, una persona que no tiene una visión clara, es una persona que fácilmente tropieza, se desvía del rumbo en el que viene, o sencillamente se detiene por falta de nitidez en su vista. Así mismo, debemos pedirle al Señor que nos permita ver con claridad y nitidez nuestro milagro, porque de esa manera, habremos conquistado lo que para el hombre es imposible, pero para Dios es posible.

  1. INVIERTE TIEMPO PARA ESTAR A SOLAS CON DIOS

En la intimidad con la presencia de Dios, es donde las imágenes que ha captado nuestra mente, cobran importancia y se vuelven reales.

Es necesario quitar de nuestra mente toda imagen negativa y que nos distraiga, para que la presencia de Dios pueda venir sobre nuestra vida, nos imparta fe y visión, y podamos salir de nuestro tiempo de oración caminando y viviendo en la promesa.

Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estascosas os serán añadidas”.

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