FORTALECIDOS POR LA PERDIDA DE UN SER QUERIDO

Andrea, hermana de la pastora Erika Berrios, estuvo compartiendo acerca de una experiencia que marcó su familia tiempo atrás, y fue el fallecimiento de Jacobo (hijo de Andrea) y cómo han afrontado uno de los tiempos de quebrantamiento más grande de sus vidas. En medio de este doloroso momento, Andrea nos compartió cómo pudo recibir una fuerza en su interior que venía del cielo, y aunque ni ella entendía el por qué se sentía así, luego de dos días de haber enterrado a su hijo, se despertó en ella una compasión como nunca antes y sintió una fuerte necesidad de ir a sus amigas, sus discípulas, y transmitir lo que Dios había impartido en ella, ese nivel mayor de fe que te lleva no solo a tener multitudes sino a llevar las multitudes a la eternidad.

Una líder aún en momentos de dificultad, no puede permitir el desánimo, paralizarse por el temor o el dolor y darse por vencida, por el contrario debe creer en su corazón que es la persona indicada para impactar en toda esfera de acción: su barrio, su trabajo, su familia, y que en medio de la dificultad brilla la esperanza y en medio del dolor nace el amor por Dios y por las almas.

No es fácil encontrarse ante una adversidad tan grande como la que vivió Andrea, pero así como ella, nosotras necesitamos activar uno de los dones del Espíritu Santo: el don de la fe, para cambiar aquellas aguas que quieren traer amargura y frustración, en aguas de esperanza, paz, vida y bendición para nuestras discípulas y nuestra familia.

Detrás de una gran conquista hay fuertes batallas que se tienen que librar. La fe y la dependencia de Dios son esa gran dirección que Él nos da para poder conquistar cada situación.

EL ESPÍRITU SANTO SERÁ NUESTRO MEJOR ALIADO PARA PODER ALCANZAR AQUELLO QUE NI SIQUIERA HEMOS LOGRADO IMAGINAR

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