“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cu- erpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote”.

Marcos 5:25-34

ALGO EN QUE PENSAR

La hemorragia que esta mujer padecía era un desastre: ella estaba débil, anémica, no podía ni caminar, y como no tenía dinero, no tenía el alimento que debía comer para compensar todo lo que perdía. Esta mujer no tenía amigos influyentes que fueran a hablar con Jesús por ella. Lo único que tenía era su fe, porque ya lo había probado todo y no había tenido respuesta, antes le iba peor.

QUIERES RECIBIR EL TOQUE PODEROSO DE JESÚS?

1. VISUALIZAR EL MILAGRO

Ella dibujó el cuadro en su mente y se visualizó tocando el manto de Jesús y recibiendo su sanidad. La fe no es algo que tú haces, si no es creer en algo que Jesús hará. Debes tener imágenes claras de lo que quieres obtener, porque si lo puedes ver, lo puedes conquistar.

2. CONFESAR

“Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.” Marcos 5: 28 Después de visualizar es muy importante confesar audiblemente, porque esto hace que nuestra fe se active aún más. Cuando Jesús preguntó, ¿quién me tocó? Esta mujer salió muy temerosa, ya que Jesús, el hijo de Dios, le estaba preguntando a una mujer que a sus ojos era insignificante, era el olvido de la humanidad.

Debes declarar tu milagro, y aún ponerte en evidencia ante los demás, porque de esta manera puedes nacer a una fe genuina, que va por encima de las circunstancias.

3. ACTUAR

La palabra de Dios dice que la fe sin obras es muerta. Esta mujer se hubiera podido quedar un su casa cuando escuchó hablar que Jesús venía, tenía muchas razones para quedarse deprimida y podría haberse excusado en que había estado enferma por 12 años. Pero ella no miró las circunstancias y, sin importar la multitud de personas que estarían ahí, ella estaba determinada a llegar hasta donde Jesús estaba. Jesús se dio cuenta cuando poder salió de él. El toque de fe de alguien ordena que salga poder de Dios.

4. PERSEVERAR

“Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.” Marcos 5: 34 Ella perseveró hasta ver el milagro. Debes dar la orden del milagro que necesites y el mundo espiritual se activará con poder para que puedas obtener tu milagro.

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