Hacia el mes de marzo del año anterior, Luz Marina Roa comenzó a sentirse mal a causa de una gripa que iba y venía muy rápido. Después de un tiempo de seguir así a lo que los médicos decían que era una simple gripa, se convirtió en una fiebre que cada vez aumentaba más y más.
Un día después de soportar sus síntomas hasta el máximo, Luz entró a observación, los exámenes arrojaron que se trataba de una inflamación en los ganglios del abdomen y fue entonces cuando entró a hospitalización estando allí durante un mes. Con el tiempo, iba perdiendo peso, lo cual alertó a los médicos y los llevó a hacer nuevos exámenes hasta llegar a una biopsia; la sorpresa, estuvo al enterarse de lo que estaba padeciendo… Leucemia o cáncer en la sangre, que médicamente se conoce como “Linfoma no Hodgkin”.
Comenzó el tratamiento de quimioterapia en una clínica especializada, acercándola a un tiempo de pérdida de fe y sentirse abandonada por Dios, sin embrago, unos Pastores allegados a ella fueron a visitarla recordándole sobre la Victoria a través de la Sangre y las luchas que siempre son sobrepasadas a causa de Cristo, con esto, Luz recobró su ánimo y comenzó a sentirse con vida de nuevo; pero igual, seguía con su quimio. Una de las cosas por la que toda su familia oró, era que su cabello permaneciera durante el tratamiento y así fue.
ESTANDO EN UNO DE LOS CHEQUEOS, LOS MÉDICOS DIJERON QUE VEÍAN ALGO RARO, ESTABA GANANDO PESO Y ESTO LOS LLEVO NUEVAMENTE A HACER UNA BIOPSIA A LA MEDULA; EL RESULTADO, A PESAR DE LO QUE CREÍAN LOS MÉDICOS, ERA QUE SU SANGRE ESTABA COMPLETAMENTE LIMPIA.
Hoy damos gracias a Dios por la sanidad de Luz, pues esto no fue una casualidad ni nada raro, cómo lo asumían los médicos… Dios hizo el milagro en esta vida.
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