ENTENDIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS

“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10).

ALGO EN QUE PENSAR

John estaba en su casa una tarde aturdido, confundido y deprimido, completamente asfixiado por las circunstancias en su vida. Su autoestima, matrimonio, finanzas, trabajo y todo lo demás parecía no tener esperanzas. Decidió que ese sería su último día. Planeó una salida para su esposa e hijos y los envió a una reunión de boy-scouts (niños exploradores). Luego, se duchó y se vistió para su propio funeral. Al terminar de afeitarse, buscó una soga de nylon blanca con la cual comenzó a preparar su horca; después salió a la puerta para buscar una rama para colgarse.

Un día, pasaba por el frente de su casa un líder de célula, quien había aceptado el desafío de ganar una persona por semana para el Señor; durante año y medio este líder había depositado su confianza en Dios, sabiendo que Él podía hacerlo un ganador de almas. Ese día tenía que darle seguimiento a una tarjeta de visitación y tuvo fe que esta podía ser la oportunidad para ganar la persona de esa semana.

El líder llegó a la casa de John en el momento en que él estaba buscando la rama de la cual colgarse. Sin conocer la situación de John, lo invitó a la célula, y lo motivó a subir a su automóvil y éste aceptó, aunque difícilmente. El líder le preguntó a John si él quería recibir a Jesús como Señor de su vida, y antes de bajar del auto ocurrió la gloriosa salvación. Dios lo había ayudado a salvar la vida de este hombre y a ganar un alma. Luego John compartió: “Si este hermano hubiera llegado cinco minutos más tarde, estaría colgando de la rama de un árbol.”

Ese mismo fin de semana había un Encuentro para hombres al cual John asistió, y allí fue liberado y lleno del Espíritu Santo.

Jesús fue el mayor ejemplo de obediencia, porque siendo el mismo hijo de Dios, se hizo hombre para poder redimir el pecado de toda la humanidad. Todo lo hizo por amor, pero en un acto de obediencia. Él lo expresó en uno de los momentos más angustiosos de su vida: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”, porque Él entendía que había venido al mundo con el único propósito de obedecer la voluntad de Su Padre, pero también de servir a otros.

Así como éste líder se dejó usar por Dios, es nuestro deber esforzarnos por ser instrumento en las manos de Dios y poder llevar salvación a muchos.

Beneficios de entender y hacer la voluntad de Dios

1. NOS LLEVA A DEPENDER DEL ESPÍRITU SANTO

“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud”. Salmos 143:1

El salmista no quería pasar de una manera desapercibida en este mundo; él sabía que necesitaba estar en el centro de la voluntad divina, y por esto pide la dirección del Espíritu Santo. Y eso mismo es lo que cada uno de nosotros debemos hacer, permitir que el Espíritu de Dios dirija cada uno de nuestros pasos.

Cuando alguien hace la voluntad de Dios siente satisfacción, es algo indescriptible, porque sabe que está en el centro de Su voluntad, y que ésta trae una muralla de protección alrededor de nuestras vidas y de los que están alrededor de la nuestra.

La obediencia siempre nos llevará a estar en el lugar correcto, en el tiempo correcto y con las personas correctas.

2. ES REFUGIO ANTE LA PRUEBA

“Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes” Lucas 12:47

Nadie en este mundo, por más santo que sea, quiere pasar por el sufrimiento. Nadie quiere beber la copa de la enfermedad, ni de la opresión, ni de un hogar destruido. Tampoco Jesús quería pasar por el dolor y la aflicción, pero antes de Su propia voluntad, estaba la del Padre.

Cuando entendemos que a veces Dios usa la prueba para traer una gran bendición, esto nos ayuda a soportar cada uno de esos tiempos de quebrantamiento con paciencia y con paz en el corazón.

El hacer la voluntad de Dios implica soportar todo tipo de pruebas, pero también implica preparación espiritual y en nuestro carácter. Las personas que desobedecen la voluntad de Dios, dice la Palabra, que recibirán muchos azotes.

3. NOS LLEVA A ALCANZAR NUESTRAS GENERACIONES

“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envío: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero” Juan 6:39

¿Qué fue lo que movió a Jesús a dejar Su trono de gloria, despojándose de Su divinidad, para hacerse hombre?

El amor hacia un mundo sumido en una total perdición, dándonos la mayor lección de amor y misericordia al abandonar todo por venir a salvarnos, a sabiendas de que el precio que debía pagar era su misma sangre.

“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18;19).

Si queremos hacer la voluntad de Dios, debemos convertirnos en propagadores del evangelio y llevar ese mensaje de salvación a los perdidos.

Aquél que quiera hacer la voluntad de Dios, es indispensable que satisfaga los siguientes requisitos:

● Ser una persona redimida
● Ser lleno del Espíritu Santo
● Capacitarse en la lectura de la Palabra y meditar en ella
● Poseer una gran compasión por los perdidos.
● Ser miembro activo de la iglesia
● Ser de buen testimonio.
● Testificar a otros lo que Cristo ha hecho en su vida

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