BENDICIONES POR LA OBEDIENCIA

“Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”.

Deuteronomio 28:2

ALGO EN QUE PENSAR

Las bendiciones que Dios tiene para sus hijos van más allá de lo que el hombre pueda imaginar. Él anhela bendecirnos de una manera integral, es decir de manera completa y plena, en nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro cuerpo; Él quiere darnos toda clase de provisión y suplir cada necesidad que tengamos, pero debemos entender que la base para poder obtener las bendiciones de parte de Dios, es entender lo que Él dice para nosotros en Su Palabra y creer a las promesas a las cuales nos podemos aferrar.

Gracias a la obra redentora de Jesús en la Cruz del Calvario, podemos tener entrada a un gran depósito que Él posee, en donde se encuentran las bendiciones que nosotros tanto anhelamos.

1. PROTECCIÓN

“El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende”. (Salmos 34:7) 

Cuando la Palabra de Dios ha sido sembrada en nuestros corazones, ella se convierte para nosotros en una protección contra todo pensamiento negativo, de enfermedad y de escasez, que vienen siendo las semillas que el adversario siembra, esperando que den un fruto negativo en nuestra vida que nos lleve al fracaso.

Cuando pasamos tiempos en Su Palabra, recibimos la convicción de que una nube de ángeles nos defiende en todo tiempo de todo mal y peligro. “No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, Hasta que vea en sus enemigos su deseo” (Salmos 112:7-8).

Cuando una persona pone su confianza en el Señor, en su corazón tiene la certeza de que Dios cuidará de su familia: como consecuencia, el hijo podrá disfrutar de sus padres, los padres de sus hijos, el esposo se deleitará con su esposa y la esposa con su esposo, etc.

2. REDENCIÓN

“Jehová redime el alma de sus siervos, Y no serán condenados cuantos en él confían” (Salmos 34:22)

No había otra manera de redimir a la humanidad, sino a través de la Sangre de Jesús. Redimir significa rescatar, quitar la vida de las manos del verdugo. Debemos entender que la redención implicó un costo y que en verdad el precio a pagar fue muy alto, no se podía comprar con dinero, ni con buenas obras, sino que el único medio era la preciosa Sangre de Jesús.

Su Sangre es el arma más poderosa que tenemos en el mundo espiritual, ya que es como una bomba que destruye toda obra de las tinieblas; ésta nos redimió del poder del enemigo, y por lo tanto ya no estamos bajo el dominio del adversario, ni del tirano como lo declara Su Palabra: “¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? Pero así dice Jehová: Cier- tamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. (Isaías 49:24-25).

3. SER ESCUCHADO POR DIOS

“¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:7-8).

La parábola de la viuda y el juez injusto relata que por la persistencia de esta mujer, el juez que no tenía temor de Dios, fue movido a hacer misericordia.

Todo aquel que proclame el nombre de Jesús será salvo, y todo aquél que crea, sus oraciones subirán al Señor 8 como ese olor fragante, y recibirán respuesta a cada clamor.

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