ACERCÁNDONOS CON DIOS

“Vuélvanse a Dios, porque muy pronto su reino se establecerá aquí.» 3 Juan era la persona de quien hablaba el profeta Isaías cuando dijo: «Alguien grita en el desierto: “Prepárenle el camino al Señor. ¡Ábranle paso! ¡Que no encuentre estorbos!”.

Mateo 3:2-3

ALGO EN QUE PENSAR

Recuerdo claramente de mi esposo, que desde que lo conocí él siempre habló con mucha seguridad y autoridad, esto lo hacía diferente a las demás personas. Un día le pregunte: “César, ¿tú siempre has sido así?”. Y su respuesta fue: “¡No!”. Me compartió que él comenzó a leer la Biblia por causa de un ateo y luego de hacerlo por nueve meses, una noche decidió ponerle una cita a Dios.

Al día siguiente, sentado en la oscuridad de la sala de su casa, rodeado de un completo silencio, pero con un corazón dispuesto elevó una corta oración diciendo: “Señor Jesús, no te conozco pero si Tú eres ese Dios del cual nos habla la Biblia, el Todopoderoso, anhelo que me cambies por completo, pero que sea ahora”. Pasaron unos 15 minutos, él observaba que desde la calle una luz muy intensa traspasaba la puerta de vidrio y se dirigió hacia donde estaba mi él y luego se paró a junto él.

En ese instante mi esposo sintió que estaba suspendido entre el cielo y la tierra y que Dios era tan grande que lo llenaba todo. Aquel día César tuvo convicción de pecado, se arrepintió y experimentó que Jesucristo es el verdadero Dios y la vida eterna, y que todo lo que declara la Biblia acerca de Él, es verdad. Cuando él se levantó de sus rodillas ya era un hombre nuevo.

Pastora Claudia de Castellanos

Conozca de qué manera debemos acercarnos a Dios:

  1. A TRAVÉS DE UN GENUINO ARREPENTIMIENTO

“Desde entonces, Jesús comenzó a decirles a todos: «Vuélvanse a Dios, porque su reino se va a establecer aquí”. Mateo 4:17 TLA 

Lo primero que enseñó Jesús fue acerca del arrepentimiento. La manera de establecer el reino de Dios en la tierra es cuando cada persona ha experimentado un arrepentimiento de corazón, que después se expresará en frutos dignos. Hechos 17:30 “Durante mucho tiempo Dios perdonó a los que hacían todo eso, porque no sabían lo que hacían; pero ahora Dios ordena que todos los que habitan este mundo se arrepientan, y que lo obedezcan sólo a él.”

El arrepentimiento consiste en darle la espalda al pecado, y dar un giro a nuestras vidas de 180 grados, es decir, darle la espalda a aquellas cosas que desagradan a Dios (palabras, actitudes, pensamientos, costumbres). Delante de Dios, solo hay una llave que abre la puerta a una vida plena y restaurada, y esa llave se llama arrepentimiento. Mueve la mano de Dios a nuestro favor, y nos acerca más a Él.

  1. VIVIENDO EL MENSAJE DE JESÚS

“Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: —¿Por qué enseñas a la gente por medio de ejemplos? Jesús les dijo: «A ustedes yo les permito conocer los secretos del reino de Dios, pero no a los demás. Porque a los que saben algo acerca de los secretos del reino, se les permite saber mucho más. Pero a los que no saben mucho de los secretos del reino, Dios les hará que olviden aun lo poquito que saben. Yo enseño a la gente por medio de ejemplos; así, por más que miren, no verán nada, y por más que oigan, tampoco entenderán nada”. Mateo 13:10 TLA

Jesús enseñó que aquellos que estaban dispuestos a escuchar el mensaje y recibirlo en su corazón, se les daría a conocer los misterios del reino, mas a aquellos que no quieran oír ni cambiar su comportamiento, les sería cerrado su entendimiento para que no reciban la salvación. El mensaje de Jesús vino para cambiar el comportamiento y la manera de vivir de los hombres.

Él enseñaba por medio de parábolas para que aquellos que en verdad tenían el deseo de cambiar su manera de vivir, recibieran la revelación de Su mensaje. Allí habló de 4 clases de tierra donde se siembra la semilla de su palabra o de su mensaje: hay algunos que escuchan el mensaje del reino de Dios, pero como no lo entienden, el diablo viene y hace que lo olviden. Éstos son como las semillas que cayeron junto al camino. “Las semillas que cayeron entre piedras representan a los que oyen el mensaje del reino de Dios, y lo aceptan rápidamente y con gran alegría, pero como no entienden muy bien el mensaje, su alegría dura muy poco.

Cuando tienen problemas, o los maltratan por ser obedientes a Dios, enseguida se olvidan del mensaje. Luego están las semillas que cayeron entre los espinos. Estas semillas representan a los que oyen el mensaje, pero no dejan que el mensaje cambie sus vidas. Sólo piensan en lo que necesitan y en cómo hacerse ricos”. “Finalmente, las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que oyen el mensaje y lo entienden. Éstos sí cambian sus vidas y hacen lo bueno. Son como esas semillas que produjeron espigas con cien, con sesenta, y hasta con treinta semillas.» Mateo 13:19.

  1. CAMINANDO EN OBEDIENCIA

El terreno es el mundo, y las buenas semillas de trigo son todos los que obedecen las leyes del reino de Dios. Las semillas de cizaña son los que obedecen al diablo (Mateo 13:38) Para ser parte del reino de Dios se necesita obediencia absoluta a Su voluntad y a Sus principios.

En todo reino hay leyes, un reino sin leyes sería de caos y destrucción; lo que me mantiene dentro del reino de Dios es la obediencia a los mandatos y preceptos que Dios ha establecido. Mateo 13:40-43 “Cuando Dios juzgue a todos, será como cuando se arranca la mala hierba y se quema. Yo, el Hijo del hombre, enviaré a mis ángeles para que saquen de mi reino a todos los que hacen lo malo y obligan a otros a hacerlo.

A esas personas, los ángeles las echarán en el infierno, y allí tendrán tanto miedo que llorarán y les rechinarán los dientes. Pero los que obedecen a Dios brillarán en el reino del Padre como brilla el sol. ¡Ustedes, si en verdad tienen oídos, presten atención!” .

4. EXPERIMENTANDO UN CAMBIO DE VIDA

“No se dejen engañar. Ustedes bien saben que los que hacen lo malo no participarán en el reino de Dios. Me refiero a los que tienen relaciones sexuales prohibidas, a los que adoran a los ídolos, a los que son infieles en el matrimonio, a los afeminados, a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, a los ladrones, a los que siempre quieren más de lo que tienen, a los borrachos, a los que hablan mal de los demás, y a los tramposos. Ninguno de ellos participará del reino de Dios.” 1Corintios 6:9

Cuando alguien pertenece al Reino de Dios, lo demuestra por lo que hace y no sólo por lo que dice. (1 Corintios 4:20 TLA)

El Reino de Dios viene cuando nacemos de nuevo, esto es, morir a la pasada manera de vivir, y nacer a una vida nueva.

Juan 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”

Cuando el Reino de Dios se establece en tu vida y en tu corazón, es cuando todo comienza a cambiar; es un nuevo comienzo en las diferentes áreas. Pero es necesario pasar por el arrepentimiento genuino, teniendo la experiencia de la Cruz, dejando tu vieja naturaleza clavada allí, para recibir un corazón obediente y dispuesto a hacer Su voluntad.

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